La «niña afgna» fue portada de la revista de National Geographic en 1985, volviéndose internacionalmente famosa. Ella no se enteró de este éxito, mientras vivía como una refugiada más de un conflicto que parece no tener fin
La fotografía puede congelar un instante y preservarlo para la historia, creando obras que representan desde la más increíble felicidad, hasta los peores momentos vividos en una guerra, como fue el caso de Sharbat Gula.
UNA REFUGIADA ENTRE MILES
El
conflicto en Afganistán no es nuevo, esta nación lleva más de 30 años en
guerra. Al principio, la lucha era contra los soviéticos, quienes intervinieron
para instaurar un gobierno comunista.
La Unión
Soviética falló en el intento, pero dejó tras de sí una larga línea de heridos,
desplazados y refugiados que perdieron lo poco que tenían; los mismos que no podían
volver a sus pueblos de origen porque ahora sus territorios eran controlados
por las milicias.
Sharbat
Gula era una niña en aquel entonces, nacida en una pequeña provincia afgana,
quien tuvo que huir junto con sus hermanos y su abuela tras la muerte de sus
padres en un ataque aéreo.
Cuando
Gula tenía 12 años, se encontraba en el Campo de Refugiados de Nasir Bagh,
ubicado cerca de la frontera con Pakistán.
Allí, la
joven afgana se encontró cara a cara con Steve McCurry, un fotógrafo
estadounidense que estaba cubriendo la Guerra de Afganistán. Gula, asustada y
desconfiada, miró directamente a la cámara con sus penetrantes ojos verdes,
mientras su cabeza se encontraba cubierta por un velo rojo.
Curry
aprovechó la ocasión para tomar una de las fotografías más icónicas del siglo XX. Sharbat Gula se
convirtió en el rostro de los refugiados afganos, y en una de las niñas más
famosas de occidente en su momento.
¿QUÉ FUE DE LA JOVEN
AFGANA?
Luego de
Curry dejara el campo de refugiados, Gula siguió viviendo ahí hasta que se mudó
a Pakistán. Al cumplir 13 años, se casó con un panadero y posteriormente dio a
luz a cinco hijos.
En todo
ese tiempo, la joven afgana no se enteró de lo famosa que era su fotografía, ni
del impacto que había tenido en el mundo. De hecho, se cree que esa fue la
única fotografía que le fue tomada en su juventud, debido a las mujeres
pastunes, etnia a la que pertenece Gula, no pueden mostrar su rostro a
desconocidos.
Por su parte, Curry ganó muchísimo reconocimiento
internacional gracias a la fotografía de la joven afgana, aunque él también
desconocía la identidad de la niña. En el 2002, Curry emprendió una travesía
por Afganistán y Pakistán, decidido a encontrarse nuevamente con Gula.
El
recorrido lo llevó hasta una empobrecida área de Pakistán, habitada por
refugiados afganos. Curry se reencontró con Gula, a quien le hicieron un examen
de reconocimiento por patrón de iris, para corroborar su identidad. Finalmente,
la joven afgana tenía nombre.
SHARBAT GULA Y LA VIDA DE
UNA MUJER ASILADA
La joven
afgana es recordada por sus fascinantes ojos verdes y su enigmática expresión.
Sin embargo, su experiencia de vida ha sido la de una mujer refugiada, que ha
tenido que soportar las décadas más difíciles del conflicto en Afganistán.
Ella
vivió como solicitante de asilo en Pakistán hasta 2016, cuando fue detenida por las autoridades locales. ¿La razón? Gula quería
mudarse, pero necesitaba papeles de identidad pakistaníes, que nunca pudo
obtener. Gula falsificó estos documentos, fue acusada por robo de identidad y
después decidió volver a Afganistán.
Actualmente,
la joven afgana, que ahora es una mujer viuda, vive en Kabul. Esta ciudad, al
igual que casi todo el país, fue tomada por la milicia radical talibana.
Publicado
por Play Ground - Mariana Yánez 20 /
08 / 2021
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